lunes, 30 de septiembre de 2013

TEMA 25



SITEMAS RETICULARES Y SISTEMAS CENTRALES

. Nuestra visión del mundo se basa en la interacción de dos sistemas espaciales, uno que podemos llamar cósmico y otro que se vincula a la experiencia concreta.
. El paralelismo y la perpendicularidad constituyen el sistema de referencia más conveniente para la organización espacial.
. La cuadrícula cartesiana es útil para el cálculo matemático, pero también para la orientación visual.
. Los ángulos rectos de nuestros espacios vitales propician un orden visual gracias al cual nuestras vidas son más sencillas.
. Una retícula en el plano horizontal no marca ninguna dirección, o puede prevalecer una de ellas si la distribución en planta se organiza de modo que se busque favorecer a una sobre otra.
. En la vertical, la composición de los edificios está dominada por la acción gravitatoria. La arquitectura, en cuanto configuración de formas visuales, está animada por la interacción antagónica entre fuerzas que se someten al poder del suelo y fuerzas que contrarrestan ese poder apuntando al cielo.
. Un sistema concéntrico se organiza, por definición, en torno a un centro.
. Frente a la homogeneidad de la cuadrícula de ángulos rectos, en el sistema concéntrico cada capa queda definida por su distancia al centro. Se crea una jerarquía.
. El sistema concéntrico se despliega en torno a un punto fijo. Esa referencia es indispensable en cualquier enunciado que sobre el espacio queramos hacer.
Hemos de combinar los dos sistemas conjuntamente. El sistema centrado aporta el punto medio, el punto de referencia de todas las distancias y lugar de cruce de la vertical y la horizontal centrales de la cuadrícula. Y el sistema cartesiano aporta las dimensiones del arriba y el abajo, la izquierda y la derecha, indispensables en toda descripción de la experiencia humana bajo el imperio de la gravedad.
. La interacción entre los dos sistemas espaciales genera formalmente la complejidad de forma, color y movimiento y comunica su significado para que sea percibido por nuestro sentido de la vista.

Rudolf Arnheim: “El poder del centro”. (1984)

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